-Oráculo- llamó la voz. -Aquí estoy. Barbara Gordon había desarrollado su propio software de grabación. El disco estaría grabado en apenas medio minuto. -¿Tienes el informe? -Casi listo. Hemos descubierto un par de cosillas interesantes. -Ponme al día. Un leve ruido alertó a Barbara. Se giró para mirar. Encontró una ventana cerrada, que era justo lo que debía encontrar. -El ladrón no remolcó los coches a ese callejón- explicó-. En realidad siempre estuvieron allí, en uno de los almacenes colindantes… Ah, ya está grabado- sacó el disco de la unidad y lo soltó sobre la mesa-. El caso es que Batgirl ha encontrado huellas de camión llegando y abandonando el lugar. -Simularon el remolque. -Pero lo más interesante no es eso- añadió Barbara-. El camión no llegó al callejón y se marchó, sino que salió del callejón, marcha atrás, y llegó hasta calle Sprang. He hecho unas comprobaciones. La red de semáforos fue manipulada anoche a las dos de la madrugada. Otro ruido a sus espaldas. Barbara se volvió a girar, pero nuevamente no encontró nada fuera de lo normal. -Esto complica las cosas- dijo Batman-. Significa que nuestro hombre tiene contactos importantes. -¿No crees que puede haberlo hecho él mismo? -Lo veo poco probable, aunque no imposible. El ladrón podría haber entrado en los sistemas informáticos del museo, y no lo hizo. De pronto los ojos de Barbara se posaron sobre el escritorio, y comprendió lo que la había estado preocupando. -Batman, dame tu posición. -La cueva. -Oh, mierda, oh, mierda, oh mierda… Tenemos un problema grave. -Informa. -El cd ha desaparecido. Creo que me lo acaban de robar. -No te preocupes- dijo Batman. -¿Que no me preocupe?- bramó ella-. ¡Para ti es fácil decirlo! ¡Ese tío ha entrado en la torre conmigo dentro y sin que me entere, y se ha llevado el informe completo! ¿No lo entiendes? ¡Ahora sabe todo lo que nosotros sabemos! -Exacto- respondió Batman-. No volverá a entrar en la torre del reloj, eso puedo prometértelo. Por todo lo demás no te preocupes. Ya es nuestro.
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